La semana pasada hicimos el ejercicio del espagueti. Primero comprobamos la diferencia de textura de un espagueti cocido y otro crudo. Después nos tumbamos en el suelo, «Ahora somos espaguetis y elegimos un lugar para tumbarnos. Los espaguetis son largos y estirados. Ahora cerramos los ojos muy fuerte, como si mirásemos al sol. Cerramos también la boca, la mandíbula, los labios y mejillas, con mucha fuerza. Ahora que están tensas… las relajamos. Ahora, hacemos lo mismo con las manos, ténsalas mucho, cierra los puños como si fueras un guerrero y cuando estén tensos, tensos… suéltalos; y ahora con las piernas y los pies, ténsalos muy, muy fuerte, relájalos. Ahora tu tripa y tu vientre, ténsalos. Ahora suelta y tu vientre bajará. Sube tu vientre… suéltalo. Ya está todo el cuerpo relajado».
Como era la primera vez que hacíamos este ejercicio a algunos nos costo mucho estar atentos y otros seguimos muy bien la actividad.
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