sábado, 25 de noviembre de 2017

ARTE EN OTOÑO


Esta semana hemos disfrutado de una instalación de otoño. Hemos pasado todas las clases de infantil en grupos de 10- 12 niños. Al llegar durante un minuto hemos observado la obra de arte otoñal. Después la hemos transformado dependiendo de cada grupo. Algunos hemos creado diferentes insectos que revoloteaban alrededor de la instalación,



otros hemos modificado la instalación y creado islas de otoño,




 otros pasábamos entre las telas cantando y recitando canciones y poesías de otoño,



 también hemos creado orquestas otoñales...



Para finalizar hemos pintado con las manos, piñas, hojas, palos...



una vez en clase hemos plasmado al experiencia en un dina 3.

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¿ QUÉ SON LAS INSTALACIONES? 
Espacios de experimentación (Instalaciones)
La instalación (espacio simbólico de juego y transformación) posibilita la implicación corporal de los niños y niñas, facilitando la construcción de la identidad y la apropiación del espacio, ya que en la acción siempre hay emoción. La instalación toma como punto de referencia el imaginario de los niños y las presentaciones estéticas para su manifestación. Así pues, se produce un encuentro maravilloso entre la idea y la emoción, entre lo cotidiano y lo imposible. Con las instalaciones aprenden a valorar el espacio, comprender su naturaleza y los factores que determinan su percepción, pasando a ser un lugar singular  para reconocerse de forma diferente. En la instalación, el niño y la niña están dentro de la obra, la viven e interpretan como el actor que se mueve en el escenario creado para el desarrollo de su propia acción.
Además de la presentación estética de los objetos (la “seducción estética” de Reggio Emilia), los espacios de experimentación, transformación y juego simbólico para la infancia se configuran con los mínimos elementos y objetos, buscando siempre que exista un “diálogo” entre ellos y una complementariedad. Se ofrecen entonces posibilidades a partir de lo que es grande y lo que es pequeño, lo que tiene color y lo que no lo tiene, lo redondo y lo cuadrado, lo que está arriba y lo que se halla debajo, lo pesado y lo ligero, lo que se puede apilar y lo que permite una extensión en la horizontal, lo que se proyecta y lo que permanece, etc. Estos espacios son el comienzo de una narración. Es decir, el “Erase una vez” para que los niños y niñas continúen la historia a través del juego.

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